5.1. Causas de la pérdida de fertilidad

A pesar de que el uso de tratamientos individualizados y más selectivos con las células tumorales es cada vez mayor, en general los medicamentos empleados en los procesos oncológicos (como la quimioterapia o la radioterapia) dañan no solo las células cancerosas, sino también las que están sanas y las que interfieren en el proceso de división celular, como las productoras de espermatozoides y óvulos (los gametos masculinos y femeninos, respectivamente). En función de determinados factores, estas terapias pueden inducir cambios irreversibles en las gónadas y afectar a la fertilidad futura de los pacientes.

Así, la quimioterapia y radioterapia son tratamientos agresivos y con efectos secundarios importantes a nivel de la función del ovario y del testículo, tanto a corto como a largo plazo. Su toxicidad en este aspecto va a depender de la edad del paciente, del tipo de fármaco que se utilice, del campo de irradiación, de la dosis acumulada, de la vía y la forma de administración, de la situación reproductiva previa y de las posibles combinaciones terapéuticas, entre otros.

En las mujeres, la cantidad de ovocitos presentes en los ovarios o, lo que es lo mismo, la reserva ovárica, puede verse seriamente comprometida. La consecuencia es la aparición de infertilidad o menopausia precoz, con los consiguientes efectos derivados de ella: pérdida de masa ósea y aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. El riesgo de fallo ovárico precoz es cuatro veces mayor si se recibe quimioterapia en la adolescencia, pero se multiplica por 24 si esta se administra entre los 21 y 35 años. Los tratamientos también pueden provocar otras alteraciones funcionales en los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y el cérvix, que tal vez causen complicaciones durante el embarazo.

En el caso de los hombres, los tratamientos alteran la función testicular, con disminución o pérdida de la producción de espermatozoides. Tanto su número como su movilidad se reducen. También puede aparecer alguna alteración hormonal, un descenso en la cantidad de testosterona y alteraciones genéticas que afecten a la integridad del ADN de los espermatozoides. Por último, es frecuente la pérdida de libido, que ocasiona en muchos casos problemas de erección.

SIN COMPLICACIONES EN EL EMBARAZO

Muchas parejas tienen cierto temor a que los tratamientos oncológicos puedan afectar de alguna manera a la futura gestación o al bebé. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que no hay un riesgo de mortalidad ni de alteraciones genéticas o malformaciones asociados a las terapias empleadas en el manejo del cáncer. Por otro lado, en algunas investigaciones se hace referencia a un aumento de la incidencia de partos prematuros y bajo peso al nacer, dos parámetros que los especialistas controlan de manera rutinaria en el seguimiento médico propio del embarazo.

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